ZAZEN. jap.; ch.: tso-ch’an (zuochan); <sentarse/estar sentado (ch. tso, jap. za) en absorción contemplativa (ch. ch’an, jap. zen [dhyana])>. Práctica de la meditación según la enseña el zen, como la vía más directa a la iluminación. El zazén está destinado a liberar la mente de toda sujeción a formas de pensamiento, entidades, visiones o representaciones, por sublimes y sagradas que puedan ser. Incluso medios auxiliares para la práctica del zazén, como los koan, no son “objetos de meditación” en el sentido corriente; la esencia del koan es la paradoja, o sea aquello que está <del otro lado del pensamiento> o <más allá de lo representable> (que difiere del entendimiento lógico-conceptual y que para su “solución” necesita de un salto a otro plano del concebir, o del intuir).

En su forma más pura, el zazén consiste en permanecer en un estado de clara atención consciente exenta de ideación, o sea no dirigida a ningún objeto ni sujeta a contenido alguno (shikantaza). Practicado con persever- ancia y entrega por un periodo más o menos largo, el zazén pone la mente del sedente (que está sentado) en un estado de perfecta conciencia vigil sin contenido, estado desde el cual pueda irrumpir súbitamente una iluminación en que capte su verdadera realidad o naturaleza búdica (Bussho), idéntica a la realidad profunda del universo.

*(véase también kensho* y satori*)

Como el término zen (<absorción contemplativa>) indica claramente, el zazén, el <estar sentado en absorción contemplativa> es el alfa y el omega del zen: sin zazén, no hay zen. La aserción de que todo ser es de naturaleza búdica desde el origen constituye ciertamente un principio fundamental del budismo, y por lo tanto del zen; pero el zen pone de relieve que la gran diferencia -la esencial- está en si meramente se “cree” en la verdad de ese aserto o si su verdad es inmediatamente experimentada en su contenido profundo. Tal experiencia es el <despertar> (la iluminación), a la cual ha de conducir la práctica del zazén. Así, pues, como ya Bodhidharma, el 1er patriarca de la línea china, mostró con sus 9 años de zazén “de cara a la pared” en el monasterio de Shao-lin, el zazén es la práctica central del zen, aquella que todos los maestros alaban, para decirlo con las palabras de Dogen Zengí, como <el camino de entrada a la liberación perfecta>.

Fuente: Diccionario de la Sabiduría Oriental, Paidós.

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