TAO-TE CHING. ch. <Libro de la vía y (su) poder [o virtud]>. Obra atribuida a Lao-tse; costa de 5,000 palabras, en otros tantos caracteres de escritura (por lo cual en China se le denomina a menudo <el libro de los 5,000 caracteres>). Constituye tanto la base del taoísmo filosófico (Tao-chia) como del religioso (Tao-chiao). Según la tradición, fue compuesto en el siglo VI a.C. por Lao-tse; pero hoy se admite en general que no puede ser anterior al siglo IV-III a.C.. El ejemplar más antiguo existente se data entre el 206 y el 195 a.C.
El Tao-te ching, que, según el relato tradicional, fue dado a Yin Hsi, el guardián del paso de montaña, por Lao-tse inmediatamente an- tes de desaparecer por el oeste, consiste en 81 breves capítulos, de los cuales los primeros 37 forman <El libro de la vía> (Tao), y los 44 restantes <El libro del te> (virtud, fuerza, poder). Esta división proviene de que el capítulo 1 trata sobre el Tao, el 38 sobre el te. El contenido de la obra no es unitario. Junto a ideas puramente taoístas contiene también otras de varias corrientes filosóficas. La filosofía del Tao-te ching se centra en los conceptos de Tao la <vía> o <camino>, y de te, el <poder> o <virtud>. Otras ideas fundamentales son las de la actividad sin designio (wu-wei) y del retorno de todos los entes al origen (fu).
En el Tao-te ching se interpreta el Tao como principio primero, anterior al cielo y la tierra. Es innombrable e indescriptible; es la madre de todas las cosas; hace que todo surja, pero sin actuar el mismo. Su poder, el te, es aquello que los fenómenos reciben del Tao y hace de ellos lo que son. Para lograr la meta de los que profesan el taoísmo filosófico: Realizar la unidad con el Tao, el <santo> debe realizar en sí mismo la ley común de todos los entes: El retorno al origen (fu). Ello se alcanza haciendo propios el vacío (wu) y la simplicidad (sencillez, candor natural) del Tao y permaneciendo en el obrar sin designio (wu-wei). Esto ultimo caracteriza, según el Tao-te ching, también al buen gobernante, a cuyas virtudes dedica el libro considerable espacio. El mejor príncipe es aquel cuya existencia no es notada por el pueblo, porque interviene lo menos posible en el curso natural de las cosas. El reduce a un mínimo las leyes, con lo cual baja al máximo el número de delitos, y no asigna valor alguno a las tradicionales virtudes confusianas: Moralidad (i) y humanidad (jen). Procura reducir los deseos y apetitos, disminuyendo los objetos de los mismos; así el corazón de los hombres no se perturba y se alcanza la sobriedad o simplicidad (p’u).
La obra se denomina originalmente <Lao-tse> [<El viejo maestro>]. El título de Tao-te ching le fue dado por un emperador de la dinastía Han; la designación de ching <clásico libro canónico>, la ponía en pie de igualdad con los clásicos confucianos. Hoy se conservan más de 50 comentarios, que interpretan la obra desde los más diversos puntos de vista. A ella se remiten no sólo los representantes de la escuela taoísta, sino también los de la escuela del Yin-yang (Yin- yang chia), los de ciertas orientaciones de derecho político, los de la escuela del I-ching, etc. Los seguidores del Tao-chiao (taoísmo religioso) la consideran uno de los libros sagrados; y emperadores como Wen-ti, de la dinastía Han, Hsuan-tsung, de la T’ang, o T’ai- tsu, de la Ming, trataron de fundar su gobierno en las doctrinas del Tao-te ching.
Fuente: Diccionario de la Sabiduría Oriental, Paidos.
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