BREVE HISTORIA DEL SUFISMO
Los Cuatro Primeros Califas (siglo VII)
A la muerte del Mahoma, en el año 632 d.C., ya se había unido al Islam (de la raíz slm, “someterse (a Dios)”) gran parte de las tribus de Arabia. Como Mahoma no dejó herederos, fue Abu Bakr, su amigo íntimo y más fiel compañero, quien se hizo cargo de dirigir la comunidad musulmana (de la raíz musilim, (“(aquel) que se somete (a Dios)”). Abu Bakr fue el primer califa (de la raíz khfl, “seguir”) y murió en el año 634. Antes de morir nombro como sucesor a Omar (634-644), otro amigo del Profeta. A la muerte de éste ocupo su lugar como tercer califa Othman, que murió asesinado en el año 656. Entonces, se abrió una crisis política entre Ali, yerno del Profeta, elegido cuarto califa, y un grupo de rivales que estaban encabezados por Mo ́awiya, primo de Othman y gobernador de Siria. Finalmente, en el año 661 Ali fue asesinado y la capital del Islam fue trasladada de Medina a Damasco, recayendo el califato en Mo ́awiya.
La era de los cuatro primeros califas fue un periodo de enorme expansión para el Islam, que en el año 710 se extendía desde la frontera de China hasta España, incluyendo África del Norte, Egipto, todo el Medio Oriente, Persia, Afganistán, el Turkestán chino y con penetraciones en India.
Cuando Abu Bakr ocupo el puesto de primer califa en la comunidad musulmana, había heredado, simultáneamente, la autoridad espiritual y los poderes de gobierno. Lo mismo sucedió bajo los cuatro primeros califas, los <cuatro califas ortodoxos>. Sin embargo, ya a partir de las primeras generaciones del Islam, la fe mística y pura tal y como había sido profesada en el Corán (Qur ́an, de qara ́a, “leer, recitar”) dejo de ser defendida por hombres piadosos y santos, pasando a serlo por un califa preocupado fundamentalmente por cálculos políticos y por hombres interesados en el poder. Fue entonces cuando, en semejante clima, los hombres piadosos y entregados a la espiritualidad encontraron como única solución viable, la separación cada vez más profunda del mundo y la elección de una vida ascética.
Los Ascetas (siglo VIII)
Los primeros grupos de ascetas aparecen en Irak a comienzos del siglo VIII. Aunque en esa época no se habían formulado todavía los principios del sufismo, los mismos sufí consideran a estos ascetas como sus predecesores. Son ellos quienes, rebelándose contra la impiedad de los califas, llevando una vida de pobreza y confianza en Dios, predicando los versículos del Corán y su amor, inauguran la práctica del dhirk o invocación (ver más adelante el capítulo sobre el método), el uso de vestimenta de lana y comienzan a reunirse en centros. Los términos sufi (sufí) y tasawwuf (sufismo) se derivan probablemente de los vestidos de lanas (suf) que utilizaban éstos ascetas musulmanes.
El personaje más importante de este período intermedio es Hasan al-Basri (640-728), que nació en Medina y vivió en Basra (Bassorah). Fundo la primera escuela <sufí> y preconizaba su fidelidad a los profetas, de Moisés a Jesús y Mahoma. Basri, reconocido por casi todas las cofradías como su ancestro espiritual, introdujo el principio sufí de pureza de corazón. Se le adeuda la esencia del sufismo, que puede ser ilustrada con esta famosa expresión: “Quien conoce a Dios Lo ama, y quien conoce el mundo renuncia a él”.
Los otros miembros influyentes de la escuela de Barsa fueron los dos discípulos y sucesores de Hasan: Habib al-Ajani y Dawud Tai; y luego ascetas de renombre como Malik ibn Dinar (muerto en 744), al-Waid (muerto en 793), fundador de un convento monástico en Abbadan, próximo a Basra, Utba Ghulam (muerto en 784), y una mujer Rabi ́a Adawiyah (muerta en 801), considerada como la santa más importante del Islam.
Por la misma época, se había abierto otro centro religioso en Kufa, al noroeste de Irak, y se organizaron intercambios entre ambas comunidades. Las figuras más representativas de esta escuela son: Sufyan Tawri (muerto en 778), Sufyan ibn Uyayana (725-814), Fudayl ibn Iyad (muerto en 822), Hudhayafa (muerto en 822) y Uthman Sahrik (muerto en 776).
Otra escuela importante de aquella época fue la de Balkh, en el Khorassan, en los confines de Irán, nacida por inspiración de su príncipe Ibrahim Adham (muerto en 777), cuya conversión por unos anacoretas cristianos en el desierto, fue comparada muchas veces a la de Gautama Buddha.
Los Místicos (siglo IX)
El movimiento sufí primitivo vivió una transformación progresiva debido a varios factores: el contacto con las doctrinas occidentales, el movimiento ascético y las ideas novedosas sobre el renunciamiento al yo, el amor extático y la unidad del ser (al-tawhid). Todo esto conduciría finalmente a definir al sufismo como una experiencia mística en el verdadero sentido del término.
Entre los santos más importantes en esta transformación y que se llevó a cabo principalmente en Bagdad, se encuentran al-Muhasibi, Bistami, Junday, Hallaj, Kharraz, Nuri, Dhu ́l Nun. Y también otros como, al-Hallaj, crucificado por blasfemo, Kharras, Tustari y Abbas Baghdadi. Es en estos tiempos cuando las bases de la doctrina queda establecida.
La figura más ilustre de la escuela de Bagdad y de todo el siglo IX fue, indiscutiblemente, Junayd, considerado “el señor del grupo”, el mayor sheik de los maestros sufíes. Se puede decir que él es el verdadero padre de la doctrina de la unidad y de la extinción en Dios o fana. Decía a este respecto que “el sufismo consiste en el hecho de que Dios hace morir al hombre en su yo para que viva en Él”. Sus dos maestros, que inspiraron en forma importante a Junayd, fueron Saqati y al-Mushasibi.
Los Teóricos (siglos X y XI)
Los dos siglos siguientes se caracterizan por el ordenamiento y formalización de la doctrina sufí. Este fue el período en que se escribieron numerosos tratados para la comprensión del sufismo y de su historia. Los más importantes entre estos son: el Kitab al-Luma, de Sarraj (muerto en el año 988), el Ta ́arruf li-mad-hhab ahl al-tasawwuf, de Kalabadhi (muero en el año 1000), el Kashf al-majub, de Kujwiri, los Muajat y el Manazil al- sairmm, de Ansari (muerto en el año 1088) y, fundamentalmente, la Ri- sala, de Abul Qasim al-Qushairi (muerto en el año 1072), que se considera la más clásica formulación del pensamiento místico. También es importante mencionar la obra de al-Gazzali, considerado el mayor teólogo sufí de todos los tiempos y cuya obra cumbre es el Ihyia ulum al-din. Es con estas, y algunas otras obras, que el sufismo renacía como un modelo sobrio y surgía como el corazón del Islam.
Las Cofradías del Sufísmo e Ibn Arabi (siglo XII)
La aparición de los centros de instrucción espiritual sufí o cofradías marca el siglo XII. Las cofradías se desarrollaron en todos aquellos lugares donde el Islam estaba presente. Las más importantes fueron fundas entre los siglos XI y XIV, valiéndose de la influencia de grandes místicos que, sin embargo, habían vivido mucho tiempo antes. En estas cofradías están representadas las dos grandes corrientes del sufismo, la del amor apasionado caracterizado por el éxtasis y la embriaguez (mística del amor), y la basada en el discernimiento y la lucidez (mística del vacío).
Ibn Arabi, quien sería considerado como el mayor genio místico de la historia del Islam, nació en Murcia, en el año 1165. Estudio en Sevilla jurisprudencia y de allá se trasladó a Túnez, en 1194, en donde fue iniciado en el sufismo. Ocho años más tarde, emprende un viaje al Oriente. Luego de estancias de variada duración en distintos lugares -La Meca, El Cairo, Bagdad, Alep, Konya, todo Irak, Anatolia y Asia Menor- se estableció en Damasco, en donde murió en el año 1240. Las dos obras más importantes que han llegado hasta nosotros son Revelaciones mecas, así llamadas porque, encontrándose en La Meca, “el ángel de la revelación” le ordenó comenzar su redacción, y la Sabiduría de los profetas, que comprende 27 capítulos, uno por cada profeta, y expone su doctrina de la unidad del ser.
Algunos de los conceptos centrales de la obra de Ibn Arabi son:
1. Dios es la verdad absoluta, la única fuente de existencia. En Él, ser y existencia no son mas que Uno;
2. Dios es, a un mismo tiempo, trascendente e inmanente. Trasciende el mundo y, sin embargo, es inseparable del mundo;
3. Antes de existir en el mundo fenoménico, los hombres estaban ocultos en el espíritu de Dios y no eran mas que Uno con la esencia divina;
4. La unión con Dios en el sentido de llegar a ser uno con Dios, no existe; lo que existe es la toma de conciencia del hecho de que uno ya lo es, de que uno es, en verdad, uno con Dios.
Después de Ibn Arabi (Siglos XIII-XX)
Ibn Arabi marcó un hito en la historia del sufismo, ya que influyó sobre la totalidad de la literatura mística, desde los tiempos que le siguieron hasta la actualidad. Es también sabido que marcó en gran parte el misticismo cristiano de la Edad Media.
Entre los siglos XIV y XX, el sufismo, cuyo objetivo primordial es lograr la reintegración del ser humano con la unidad divina, se caracterizó fundamentalmente por el desarrollo de las cofradías y por una importante literatura de poesía y de comentarios.
Documentos sobre la Historia del Sufísmo
Libros sobre la Historia del Sufísmo
Enlaces Externos:
Los Cuatro Primeros Califas (siglo VII): Sufismo / Mahoma / Cuatro primeros Califas
Los Ascetas (siglo VIII): Sufismo / Hasan al-Basri / Habib al-Ajami / Dawud Tai / Malik ibn Dinar / al-Waid / Utba Ghulam / Rabi ́a Adawiyah / Sufyan Tawri / Sufyan ibn Uyayana / Fudayl ibn Iyad / Hudhayafa / Uthman Sahrik / Ibrahim Adham
Los Místicos (siglo IX): Sufismo / al-tawhid /al-Muhasibi / Bistami / Junayd / Hallaj / Kharraz / Nuri/ Dhu ́l Nun / al-Hallaj / Kharraz / Tustari / Abbas Baghdadi / Saqati
Los Teóricos (siglos X y XI): Sufismo / El Kitab al-Luma, de Sarraj / el Ta ́arruf li-mad-hhab ahl al-tasawwuf, de Kalabadhi / el Kashf al-majub, de Kujwiri / los Muajat / el Manazil al- sairmm, de Ansari / la Ri- sala / de Abul Qasim al-Qushairi/ Al-Gazzali.
Las Cofradías del Sufísmo e Ibn Arabi (siglo XII): Sufismo / Ibn Arabi