La palabra pratyekabuddha significa “budda respecto a uno (o solo para sí)” o “iluminado o despierto (buddha) solitario”. Designa al que, por conocimiento realizativo de los doce nidana , ha alcanzado la iluminación o despertar, el estado de buddha, por sí mismo y sólo para sí. No se le reconocen los rasgos como la omnisciencia (sarvajñata) o las diez fuerzas o poderes (dasabala)- que caracterizan al Samyaksambuddha, el iluminado perfecto. En la jerarquía de la santidad, ocupa el lugar intermedio entre los arhat y los buddha a secas, que han realizado la iluminación perfecta. En el hinayana se entiende la omnisciencia (sarvajñata) como el conocimiento cabal de todo lo necesario para alcanzar la liberación, ya que cualquier otra forma de omnisciencia fue rechazada por el propio Buddha. En el mahayana se la interpreta como concimiento de todos los dharma (fenómeno físicos y psíquicos como manifestaciones de la realidad) y de su verdadera realidad, el vacío (sunyata), y a menudo se la identifica con la sabiduría (prajña) misma. Por su parte, las diez fuerzas o poderes (dasabala) del iluminado perfecto son: 1. conocer los posible y lo imposible en cada situación; 2. conocer la maduración de los actos; 3. conocer las capacidades superiores e inferiores de los demás seres vivientes; 4. conocer las inclinaciones y propensiones de los mismos; 5. conocer las multiples partes componentes del universo; 6. conocer los caminos que llevan a destinos diversos de existencia; 7. conocer la generación de purezas e impurezas; 8. conocer las formas de meditación, concentración y contempación; 9. conocer las muertes y renacimientos; 10. conocer la extinción de todas las ponzoñas (asrava).
La tesis de la <producción condicionada (de los seres)> u <origen dependiente> (pratitya-samutpada) dice, que todos los fenómenos psíquicos y físicos constitutivos de la existencia individual, se hallan entre sí en una determinada relación de dependencia y condicionamiento mutuo, y describe así lo que mantiene aprisinado al ser viviente en el samsara o cíclo de los renacimientos. Esta doctrina, junto con la de anatman, constituye el núcleo conceptual de todas las escuelas budistas. El logro de la iluminación, la realización de la buddheidad, depende de la captación de este principio que elimina la ignorancia (avidya) y nos libera del samsara. El pratitya-samutpada consiste en 12 miembros (nidana), que se eslabonan como sigue: la ignorancia (1. avidya), o sea el desconocimiento de las Cuatro Nobles Verdades y la no captación de la naturaleza dolorosa de la existencia, condiciona el conjunto de predisposiciones a acuar (2. samskara), que es el antecedente de todo acto. Tales predisposiciones pueden ser buenas, malas o neutras, y referirse a actos corporales, verbales o mentales. Estos a su vez condicionan la conciencia (3. vijñana) para la existencia sucesiva del ser. Después de la muerte del ser no liberado, la conciencia entra en un nuevo seno materno, determinando nuevamente el surgimiento de un <nombre y forma> (4. nama-rupa), un muevo compuesto formado por los 5 skandha (cuerpo, sensación, percepción, predisposiciones a acuar y la conciencia). En dependencia del nama-rupa, se producen los seis campos o dominios de los objetos de los sentidos (5. sadayatana), que aparecen desde el nacimiento y condicionana a su vez el contacto (6. sparsa) con el entorno. Este contacto provoca una sensación (7. vedana), de la cual nace una apetencia ignorante (8. trisna) -en el sentido búdico del término-. Ignorancia y apetencia llevan, tras la muerte del individuo, a un nuevo <apoderamiento> (9. upadana) de un seno materno, donde se produce una vez más la entrada en la existenica (10. bhava), seguida por el nacimiento (11. jati), que desemboca una vez más en la vejez y en la muerte (12. jara).
Fuente: Diccionario de la Sabiduría Oriental, Paidós.
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