LAO-TSE [Lao-tzu]. <Viejo maestro>; también conocido como Lao Tan y Li Erh. Según la tradición, autor del Tao-te ching y coetáneo de Confucio, o sea del siglo VI a. C. El Shih-chi (Registro o memorial historiográfico), de siglo II-I a.C., contiene una biografía de Lao-tse, según la cual era oriundo de la aldea de Hu-hsien, en el principado de Ch’u, actual provincia de Ho-nan. Su nombre de familia era Li, su nombre personal Erh y su apelativo de adulto Tan.
Según la misma fuente, fue archivero en la corte de Chou. En esa época habría tenido una entrevista con Confucio. Es un encuentro a menudo relatado, pero que no puede considerarse histórico. Por discordias cortesanas, Lao-tse habría abandonado su cargo, y partido hacia el oeste. En el puesto fronterizo de Hsien-ku habría ido a su encuentro el guardián Yin-hsi, a cuyo ruego habría compuesto el texto de 5000 caracteres conocido como Tao-te ching. Después se perdieron sus huellas. Así, la autoría del Tao-te ching pertenece tradicionalmente a Lao-tse; pero la investigación ha mostrado que esa obra no puede ser anterior al siglo IV-III a.C., y por lo tanto no puede provenir de Lao-tse mismo.
El autor del Shih-chi caracteriza así a Lao-tse: <Lao-tse cultiva el Tao y el te; según su doctrina, uno debe aplicarse a vivir oculta y anónimamente>. Esa actitud se refleja también en el diálogo entre Confucio y Lao-tse, también según la misma fuente: <Cuando Confucio se trasladó a Chou, fue a indagar sobre los ritos a Lao-tse. Este respondió: “Aquellos de quienes hablas, hasta sus propios huesos se han hecho polvo; quedan solamente sus palabras. Además, cuando el hombre noble [o señorial] vive en una época favorable, acude a la corte en carruaje; cuando vive en época desfavorable, erra a la ventura. He oído decir que el buen mercader oculta sus riquezas y aparenta inopia; si hay plenitud de virtud interior, el hombre superior tiene la apariencia exterior de un necio. Suprime tu ánimo arrogante, y todos esos deseos, ese aire de suficiencia y ese desbordante celo: Eso no es de provecho alguno para tu persona. Es todo lo que puedo decirte”. Confucio se retiró y dijo a sus discípulos: “Del ave, sé que puede volar; del pez, que puede nadar; de los cuadrúpedos, que pueden correr. Los animales que corren pueden ser cogidos con red; los que nadan, pueden ser cogidos con nasa; los que vuelan, pueden ser alcanzados con flecha; pero al dragón, no puedo capturarlo: Se eleva al cielo sobre el viento y la nube. Hoy he visto a Lao-tse: ¡El es como el dragón!”>.
En el taoísmo religioso (Tao-chiao), la figura de Lao-tse fue divinizada, reverenciándosela con el nombre de <el celeste venerable del tao y el te>, y se le considera el fundador de esa forma de taoísmo. En torno de él abundan las leyendas. Así, su desaparición por el oeste se explica refiriendo que se marchó a la India, donde se encontró con el Buda, el cual se hizo su discípulo. Los taoístas han defendido esta idea en sus disputas con el budismo.
Fuente: Diccionario de la Sabiduría Oriental, Paidós.
Documentos sobre Lao-tse
Libros sobre Lao-tse