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La palabra bodhisattva significa “esencia de iluminación” (en tibetano byang-chub sems-pa , el “guerrero despierto”) y en el budimso mahayana designa a un ser que, por el ejercicio sistemático de las virtudes perfectas (paramita: generosidad, moralidad, paciencia, fortaleza, contemplación y sabiduria), aspira a la buddheidad, pero renuncia a entrar en el completo nirvana hasta que todos los demás seres estén liberados. La cualidad determinante de su obrar es la compasión (karuna), apoyado por la sabiduría o conocimiento supremo (prajña: sabiduría intuitiva no condicionada por conceptos mentales y que se logra por el conocimiento realizativo del vacío (sunyata) o verdadera realidad del universo. La realización de la prajña se identifica con el logro de la iluminación y es una de las características esenciales de la buddheidad).

La vía del bodhisattva comienza por el llamado <pensamento de iluminación> (bodhicitta: anhelo de iluminación) y la profesión de los votos propios de esa vía (pranidhana: propósito de alcanzar la iluminación para guiar a todos los seres hacia la liberación en el nirvana). El curso de esta vía se divide en diez etapas progresivas o <tierras> (bhumi). El ideal del bodhisattva ha sustituido en el mahayana al ideal propio del himayana, el del arhat, cuyo esfuerzo se dirige a alcanzar la propia liberación, objetivo que el mahayana considera estrecho por egoista.

La doctrina del mahayana fue predicada por el Buddha en el segundo y tercer giro de la rueda del Dharma. El segundo giro tuvo lugar en el Pico del Buitre, próximo a Rajagriha.

En esta promulgación, el Buddha expuso todo lo referente a la vacuidad de existencia independiente, tanto del yo como del resto de los fenómenos, tanto internos como externos, incluida la conciencia misma. Esta visión constituye la esencia del sistema Madh- yamaka (vía del medio). Forman este conjunto de enseñanzas los sutras recogidos en el Prajñaparamita-sutra, entre otros, El cortador de diamante y el Sutra del corazón de la sabiduría.

El tercer guiro de la rueda del Dharma, conocido como cittamatra (solo mente), el otro sistema filosófico fundamental del mahayana, fue predicado por Buddha en diversos lugares y en momentos diferentes como las moradas celestiales, el monte Kailash, Bodhgaya, Vaishali, y otros. En este ciclo de enseñanzas el Buddha expuso temas relacionados con el tathga-tagarbha (semilla de iluminación), presente en todos los seres, y las cinco sabidurías primordiales. Pertenecen a este conjunto de enseñanzas, entre otros, sutras comoOrnamento floral, Descenso a Lanka, Nirvana final y el Loto de la ley suprema.

El cittamatra expone que tanto los fenómenos externos, como los fenómenos internos, incluido el yo, carecen de una existencia separada de la conciencia, considerando que existe un aspecto irreductible de esta última -la conciencia que se conoce a sí misma o la conciencia pura- que se halla vacía de la dualidad sujeto-objeto y que éste sistema establece como la verdad última. Se afirma que esta segunda aproximación esta destinada a personas que, aunque tienen una buen compresión de la ausencia de exis- tencia independiente del yo, no pueden acceder directamnte a la realización de la vacuidad de todos los fenómenos sin distinción, incluida la vacuidad de la propia conciencia, como lo hace el Madhyamaka.

El mahayana distingue dos clases de bodhisattva: el terrenal y el trascenden- te. Los bodhisattva terrenales son seres humanos que solo se diferencian de los otros por su compasión y generosidad y por su esfuerzo hacia el estado de buddha. Los boshisattva trascendentes han realizado el paramita y alcanzado la buddheidad, pero absteniéndose, según su voto, de la entrada en el nirvana total; poseen la perfecta sabiduría y no están ya sometidos al samsara. Aparecen en las figuras más diversas, para guiar a los seres por la vía de la liberación. Son objeto de veneración por los creyentes, que ven en ellos guias y ayudas en sus necesidades. Los más importantes de estos bodhisattva trascendentes son Avalokitesvara, Ksitigarbha, Manjusri, Mahasthamaprapta y Samantabhadra.

Las diez estapas ascendentes o <tierras> (bhumi) de la vía que debe recorrer el bodhisattva hasta alcanzar el estado de buddha son:

1. Pramúdita-bhumi <tierra de la alegría>. En este estadio el bodhisattva está lleno de júbilo por su entrada en el camino de la buddheidad. Ha suscitado en sí la mente de la iluminación y asumido los votos de bodhisattva. Cultiva especialmente la virtud de la liberalidad y está libre de pensamientos egoístas y del deseo de obtener mérito kármico. Aquí reconoce la vacuidad del <yo> y de todos los dharma (manifestaciones de la realidad como fe- nómenos físicos y mentales).

2. Vimala-bhumi <tierra de la pureza>. En esta etapa el bodhisattva realiza la perfección de la conducta moral y está exento de defectos. Practica el dhyana (meditación; contemplación interior) y el samadhi (fijación).

3. Prabhakari-bhumi <tierra de la irradiación>. El bodhisattva alcanza el conocimiento efectivó de la no-permanencia del yo (ego) y desarrolla la virtud de la paciencia sobrellevando dificultades y ayudando a la liberación de todos los seres. Ha cortado las tres raices de lo malsano (akusala): concupiscencia o atracción, que conduce al apego, el aborrecimiento u odio y la ignorancia (avidya) del aspecto doloroso de la existencia. La obtención de este grado está posibilitada por diez cualidades, designadas como la “adopción del firme propósito”, que comprenden entre otras, la perseverancia, el hartazgo de la vida mundana y la ausencia de pasión.

El bodhisattva realiza aquí el dhyana o “cuatro contemplaciones”: dhyana es, en general, cualquier estado de profundización de la conciencia provocado por concentración. Tal profundización se logra fijando ininterrumpidamen- te la atención en un objeto de meditación físico o mental, de modo que la mente pasa por diversos estadios, en los cuales van cesando gradualmente los flujos o corrientes de pensamientos que afectan la conciencia. El 1er grado de dhyana se caracteriza por la supresión de los deseos y de las condiciones kármicamente malsanas (akusala), y se obtiene por la reflexión y el pensamiento discursivo; en el dominan la alegría y el deleite o felicidad. El 2do grado se caracteriza por la cesación de la reflexión y el pensamiento, alcanzandose la tranquilización interior y la vacuidad o fijación puntual de la mente; o sea la concentración mental en un objeto de meditación. Aquí se mantienen la alegría y el deleite o felicidad. En el 3er grado o estadio, desaparece la alegría y se establece la ecuanimidad o impasibilidad, pero la felicidad se mantiene; hay una plena lucidez de conciencia. En el 4to grado o estadio el practicante ya solo retiene la impasibilidad y la lucidez.

El bodhisattva realiza también los “cuatro dominios no-formales”: Estos son ejercicios de meditación que datan de los origenes del budismo. Tienen por objeto elevarse a niveles de realización cada vez más elevados, trascendiendo la experiencia de lo corpóreo. Son:

1. dominio de la infinitud del espacio o éter, que se alcanza por trascendencia total de las formas (rupa) y supresión de todas las distinciones y reacciones; 2. dominio de la infinitud de la conciencia; 3. dominio de lo sin-nada [<el no (haber ) algún que>]; 4. dominio de la <ni conciencia no no-conciencia> [traducido a veces como <de la conciencia trascendida>].

En este estadio el bodhsattva desarrolla tambíen los primeros cinco de los seis poderes preternaturales (abhijna).

4. Arcismati-bhumi <la tierra en llamas>. El bodhisattva quema los residuos de las falsas representaciones (ego) y desarrolla la sabiduría. Se ejercita en la virtud de la energía heróica y lleva a perfección las 37 cosas necesarias para el logro de la iluminación (bodhipaksika-dharma), que se distribuyen en siete categorías:

A) Los “cuatro asentamientos de la atención”: atención al cuerpo, atención a las sensaciones, atención a la mente, y atención a los objetos o contenidos de la mente (satipattana).

B) Los “cuatro esfuerzos perfectos”: 1. esfuerzo para refrenar o evitar lo malsano; 2. para vencer o superar lo malsano; 3. para desplegar los sano; 4. para retener lo sano.

C) Los “cuatro vectores de poder”: se llama así a las cuatro cualidades siguientes, que conducen a la concentración pura o en sí (samadhi) y constituyen la base para la producción de poderes preternaturales. Consisten en ejercer de modo concentrado: 1. el propósito; 2. la fuerza de decisión; 3. estado de “pura mente”; 4. la indagación (mimamsa).

D) Las “cinco raices”: la fe, la energía, la atención vigilante, la concentración y la sabiduría (prajna).

E) Las “cinco fuerzas”: 1. la fuerza de la fe que excluye todas las creencias mentales erróneas; 2. la fuerza heróica, que, por el ejercicio de los “cuatro esfuerzos perfectos”, lleva a vencer las tendencias malsanas; 3. la fuerza de vigilancia consciente, es decir, la perfecta atención que se alcanza por el ejercicio del satipathana; 4. la fuerza del samadhi, o sea el ejercicio de la dhyana, para extirpar todas las pasiones; 5. la fuerza de la sabiduría, que lleva a la realización de las Cuatro Nobles Verdades y al conocimiento liberador.

F) Los “siete miembros de la iluminación”: 1. atención; 2. distinción entre lo recto y lo falso con respecto de la Doctrina búdica; 3. energía heróica y esfuerzo en la práctica; 4. alegría por la comprensión de la Doctrina; 5. pacificación interior por eliminación de las máculas pasionales; 7. ecuanimidad al liberarse de las diferencias.

G) El “octuple sendero”: 1. recta visión, es decir, reconocimiento de las Cuatro Nobles Verdades y de la impersonalidad de la existencia; 2. recta decisión, es decir, decisión de abnegación, benevolencia y no-daño para con los seres vivientes; 3. recta palabra, o sea abstención de la mentira, la murmuración y la charla vana; 4. recto obrar, o sea evitación de los procederes contrarios a la disciplina moral; 5. recto modo de vida, es decir, la evitación de todo oficio que dañe a un ser viviente, como el de matarife, cazador, negociante en armamentos, etc.; 6. recto esfuerzo, es decir, cultivo de los comportamientos de consecuencias kármicamente saludables y evitación de los de consecuencias kármicas malsanos; 7. recta atención, o sea constante atención vigilante al cuerpo, las sensaciones, los estados mentales y los objetos de la mente (satipathana); 8. recta concentración, o sea concentración de la conciencia, que alcanza su culminación en las cuatro contemplaciones (dhyana).

5. Sudurjaya-bhumi <la tierra dificilísima de conquistar>. En esta etapa el bodhisattva se sumerge en la meditación para alcanzar la intuición de la verdadera realidad (el vacío). Entonces realiza el conocimiento de las Cuatro Nobles Verdades y la Doble Verdad (la «verdad relativa» es la realidad de la vida ordinaria. Desde este punto de vista, los fenómenos son reales y los conceptos convencionales son válidos; esta caracterizada por la dualidad. La «verdad en sentido supremo (absoluta)» esta exenta de multiplicidad, pues suprime y supera todas las oposiciones). Ha desalojado la incertidumbre y la duda sobre lo que realmente es un camino y lo que no lo es. Continúa su trabajo de perfeccionar en sí las 37 cosas necesarias para la iluminación

6. Abhimukhi-bhumi <la tierra situada enfrente de la iluminación>. En este estadio el bodhisattva conoce efectivamente que todos los dharma (los fenómeos físicos o mentales) carecen de notas distintivas, de origen, de multiplicidad y de diferencia entre ser y no ser. Alcanza el conocimiento efectivó de la <producción condicionada> (pratitya-samutpada), y también la realización completa de la sabiduría (prajna) que trasciende el pensamiento diferenciador y capta intuitivamente el vacío (sunyata). Desde esta <tierra>, en que por realización del vacío ha alcanzado la iluminación, el bodhisattva puede alcanzar la extinción definitiva (pratísthita-nirvana). Pero, por misericordia hacia todos los seres vivientes, pasa sólo al llamado <nirvana no-fijo> (apratisthita-nirvana), en el que se halla libre de todas las compulsiones samsáricas pero permanece en este mundo.

7. Durángama-bhumi <tierra que llega lejos>. Llegado aquí, el bhodhisttava ha adquirido conocimiento y destreza en el método, lo que le permite guiar por el camino de la liberación a cada ser según las posibilidades que a éste le son propias. Este estadio representa el paso a otra forma de existir, la de un bodhisattva trascendente, o sea capaz de manifestarse en cualquier forma fenoménica concebible. Al atravesar este estadio, ya no es posible recaer en ningún nivel de existencia inferior a él.

8. Acala-bhumi <tierra inamovible>. En esta etapa el bhodisattva está más allá de toda inquietud posible, pues ha recibido el conocimiento profético de cuándo y dónde alcanzará la buddheidad. Desarrolla la capacidad de transferir sus méritos a otros seres prescindiendo ya de acumular más tesoros de méritos kármicos.

9. Sadhumati-bhumi <tierra del pensamiento santo (o devoto)>. La sabiduría del bodhisattva es ya perfecta, está en posesión de las “diez fuerzas” (dasábala) y de las “ocho liberaciones”, ejercicio de meditación en el que se recorren ocho grados de concentración y que ayuda a superar toda dependencia de lo corpóreo y de lo incorpóreo:

1. Reconocimiento de las formas en lo interno y en lo externo (o sea, consideración de las cosas interiores y exteriores al cuerpo como impuras, para superar la concupiscencia hacia las formas).

2. Reconocimiento de las forma en los externo y en lo interno (como aquí ya no existe más en lo interno concupiscencia hacia las formas, ahora se aplica la <consideración de lo externo como impuro> para afianzar este estado).

3. Percepción de lo bello (donde lo bello ya no suscita concupiscencia; de modo que desaparece la consideración de lo impuro).

4. Acceso al dominio de la infinitud del espacio.

5. Acceso al dominio de la infinitud de la conciencia.

6. Acceso al dominio del <no-haber-nada>.

7. Acceso al dominio de la <ni percepción ni no-percepción>.

8. Extinción de la percepción y el sentir (nirodha-samapatti). Los grados 4 a 7 son idénticos a los “cuatro dominios no-formales” que se explicaron anteriormente.

El bodhisattva domina también aquí las dharani, tipo de sutra breves que contienen fórmulas de valor mágico consistentes en sílabas simbólicas (mantra). Pueden representar tanto la esencia de una doctrina como un determinado estado de conciencia reproducible cada vez que se repite la dharani. Las hay que son más breves que algunos mantra. El bodhisattva comprende a fondo también, la índole de todos los dharma (manifestaciones de la realidad como fenómenos físicos o mentales) y expone la Doctrina.

10. Dharmamegha-bhumi <tierra de la nube de la Doctrina>. Todos los conocimientos y todas las virtudes sobrehumanas han alcanzado su realización. El dharmakaya del bodhisattva está plenamente constituido. El dharmakaya es uno de los tres cuerpos de un buddha realizado, llamados en su conjunto trikaya, “el conjunto de los tres cuerpos o el triple cuerpo”. El trikaya es la designación de los tres cuerpos que corresponden a un buddha según la concepción del mahayana. El fundamento de esta doctrina es la idea de la identidad del buddha con el Absoluto y su manifestación en el mundo de lo relativo para procurar la salvación de todos los seres. Estos tres cuerpos son:

1. el dharmakaya, “cuerpo de las Ley o de la Norma”, la propia y verdadera realidad del buddha, que es idéntica a la verdadera realidad del universo, trascendente a la apariencia fenoménica. El dharmakaya es la unidad del buddha con cada ente. A la vez es la Ley (Dharma), la Doctrina que el Buddha ha predicado. El dharmakaya es intemporal, eterno, sin características, exento de toda dualidad, el cuerpo espiritual o verdadera realidad común a todo buddha.

2. El sambhogakaya, “cuerpo de gozo total”, el cuerpo de los buddha que, en un paraíso búdico (tierra pura), gozan de la verdad corporeizada en ellos.

3. El nirmanakaya, “cuerpo de formación o semblanza externa”, habitualmente traducido como cuerpo de transformación, es el cuerpo terrenal con que los buddha se aparecen a los hombres para cumplir su propósito de conducir hacia la liberación a todos los seres.

Ahora el boddisattva se sienta en un loto, rodeado de innumerables bodhisattva, en el cielo Túsita (apaciblemente contento), cielo habitado por una categoría de dioses así denominados. El cielo de los Túsita es aquel en el que moran todos los buddha que aún han de renacer una vez más en la tierra para agotar los últimos residuos kármicos. Todos los buddha confirman su buddheidad. Este estadio se conoce también con el nombre de Abhisekabhumi, “tierra de consagración”. Son bodhisattva de este nivel, por ejemplo, Maitreya y Mañjusri.

Fuente: Diccionario de la Sabiduría Oriental, Paidós.

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