WU-WEI. ch. <No-actuar>. La actividad o el acto sin designio (es decir, el obrar espontáneo o por mero acto de contemplación o de presencia); concepto del Tao-te-ching, con el que se refiere a la actitud de no intervención en el curso natural de las cosas; un obrar espontáneo, totalmente indeliberado y exento de designio, pero adecuado de por sí a la situación dada. Esta actitud es la del <san- to> taoísta. Lao-tse describe el wu-wei en el cap. 48 del Tao-te-ching: <Quien se aplica al estudio, cada día aumenta (en sus esfuerzos, en sus ambiciones). Quien se aplica al Tao, cada día disminuye (en acciones, en deseos). De disminución en disminución, llega al no actuar; al no actuar ya, nada hay que no realice>. El wu-wei, pues, no consiste en un absoluto no hacer, sino en un obrar libre de toda apetencia y predeterminación. El adepto taoísta, que persigue el ideal del wu-wei, imita al Tao mismo, cuya eficacia es, precisamente por el wu-wei, universal: <El Tao permanece siempre sin acción y nada hay que él no haga>. A imitación del Tao, el taoísta se guarda de intervenir en el curso de las cosas y deja a todo la posibilidad de desplegarse en libertad según su naturaleza. Sólo así puede ser eficaz. De modo que el wu-wei puede entenderse esencialmente como el obrar dentro de los límites de lo natural y necesario.
En el Tao-te ching la actitud de wu-wei se extiende al modo de obrar del soberano. Lao-tse lo explica con el ejemplo ideal del príncipe cuya existencia no es ni siquiera notada por el pueblo: Sólo la actitud de wu-wei hace posible al soberano ejercer poderío e influjo. En el cap. 37 del Tao-te ching se describe así al príncipe orientado según el ideal del wu-wei: <Si los señores y los reyes fueran capaces de atenerse, imitando al Tao, a esa actitud de no intervención, los diez mil seres no tardarían en seguir por sí solos su ejemplo; si entonces se manifestaran pasiones, yo los dominaría por medio de la simplicidad de lo sin-nombre: Estarían entonces sin pasión; estando sin pasión, tendrían calma, y la paz quedaría naturalmente asegurada>. Es esta una actitud compartida por Confucio; en su Analectas (15,4) se dice: <Hablo el maestro: Quien sin hacer cosa alguna mantuvo el reino en orden fue (el emperador legendario) Shun. Pues, en verdad, ¿que hacia?. Se conducía con vigilante reverencia y dirigía dignamente el rostro al sur; nada más>. El ideal del wu-wei desempeña también un papel central en el zen chino.
Fuente: Diccionario de la Sabiduría Oriental, Paidós.
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