Dzogch’en (gran perfección) es la doctrina principal de la escuela Ningmapa (escuela de los antiguos) del lamaísmo o buddhismo tibetano. Recibe también la denominación de ati-yoga (conciencia o unión primordial). Es considerada la enseñanza que se encuentra más allá de los vehículos de causa y efecto y la más elevada de los tantras internos, la última de las ochenta y cuatro mil secciónes del Dharma que conduce a la liberación natural. Sus practicantes la consideran la enseñanza definitiva y más secreta del Buddha Siddharta Gáutama, fundador del buddhismo, nacido en 566 o 563 a.C.
El dzogch’en tiene su origen tradiciónal en Samantabhadra, quien representa la verdad del dharmakaya (cuerpo de la Ley: la propia y verdadera realidad del Buddha). De éste paso a Vajrasattva, y de éste llego a Garab Dorje. El maestro Garab Dorje, nacido en 55 d.C., fue el primero que puso esta doctrina del dzogch’en por escrito y lo transmitió a su discípulo Mañjusrimitra. Este lo clasificó en tres ciclos: Serie de la Mente (Semdé), Serie del Espació (Longdé) y Serie de la Instrucción (Mengagdé); esta división fue la base de las exposiciones de la doctrina en los siglos sucesivos. Un discípulo de Mañjusrimitra, Srisimha, reelaboró la Serie de la Instrucción, y en esta forma llegaron las enseñanzas hasta Jñanasutra y Vimalamitra, y a través de éste al Tibet.
Otra línea de transmisión del dzogch’en se inicia en el siglo VIII d.C. con el Mahasiddha Padmasámbahva, venerado en los países del Himalaya con el nombre de Guru Rímpoch’e (precioso maestro) y fundador de la escuela Ningmapa del budismo tibetano, a quién la doctrina del dzogch’en fue transmitida, según la tradición, por las Dakinis.
La eneñanza del dzogch’en se divide esencialmente en dos secciones: trekcho y thogal.
La práctica del trekcho (cortar completamente) busca obtener el reconocimiento por experiencia inmediata de la mente alerta y <desnuda>, más allá de la ilusión de la dualidad. La práctica del thogal (realización insuperable) busca la realizacion del <cuerpo de arco iris>, es decir, la disolución y transmutación del cuerpo físico en pura luz (ascensión corporal).
Técnicamente hablando, el <cuerpo de arcoiris> debe distinguirse del <cuerpo de luz de la gran transferencia>, en lo siguiente: el cuerpo de arcoiris se transmuta en luz al momento de la muerte física del individuo, proceso gradual que puede durar más de una semana y en el cual permanecen algunos retos en la tierra, como las uñas y el pelo. Por su parte, el cuerpo de luz de la gran transferencia, no deja residuos en el mundo y la transmutación de la materia del cuerpo físico en luz se lleva a cabo mientras el individuo permanece vivo. Es decir, que el cuerpo físico deviene gradualmente invisible para el resto de los seres y ya no tiene que atravesar por el proceso de la muerte. Este logro es tan excepcional que se afirma que solamente Vimalamitra y Padmasambhava lo han logrado.
Fuente: Diccionario de la Sabiduría Oriental, Paidós.
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